Aparte de provocar halitosis y de amarillear y manchar los dientes, el tabaco favorece la aparición de enfermedades periodontales y aumenta el riesgo de padecer cáncer oral.
No es ningún secreto que fumar perjudica seriamente la salud. ¿Pero somos realmente conscientes de las consecuencias que el tabaco puede tener en nuestra salud bucal? Y es que aparte de provocar halitosis, de amarillear y manchar nuestros dientes, y de reducir nuestros sentidos gustativo y olfativo, fumar también favorece la aparición de enfermedades periodontales como la gingivitis y aumenta considerablemente el riesgo de sufrir cáncer oral.
La American Cancer Society estima que el 90% de las personas diagnosticadas con cáncer oral (afectando a labios, lengua, garganta o boca) han fumado a lo largo de su vida. Asimismo, el riesgo de padecer esta grave enfermedad es seis veces mayor en los fumadores que en los no fumadores.
También cabe remarcar que no existen tipos de tabaco más “seguros” que otros. Según Thomas Kilgore, decano de la Escuela de Medicina Dental Henry M. Goldman de la Universidad de Boston, “es difícil decidir cuál es peor: el masticado, el fumado o el inhalado”. Para Kilgore, una exposición regular al tabaco en cualquiera de sus formas conlleva un riesgo muy serio de padecer cáncer oral.
Otra de las graves consecuencias para la boca que tiene el fumar es la alta probabilidad de sufrir enfermedades periodontales. Éstas, que en los fumadores suelen progresar más rápidamente, pueden llegar a ocasionar la pérdida de hueso dental y, posteriormente, la caída del diente. Además, cabe remarcar que, aunque parezca contradictorio, el diagnóstico de estas enfermedades en los fumadores suele retrasarse mucho más. Y es que debido a que el tabaco disminuye el riego sanguíneo de las encías, éstas presentan un color más pálido y parecen menos inflamadas de lo que realmente están, retardando de esta manera uno de los signos de alarma que llevan a muchas personas a acudir al dentista: el sangrado de las encías. Por lo tanto, un diagnóstico más tardío conlleva un retraso a la hora de llevar a cabo un tratamiento y, por consiguiente, una mayor dificultad para su curación.
En CDS te recomendamos fervientemente que cuides tu salud oral siguiendo estas tres consignas:
1- Dejar de fumar. Es primordial. Tu salud (no solo bucal sino en general) te lo agradecerá y tendrás menos riesgo de desarrollar enfermedades periodontales o padecer cáncer.
2- Visitar al dentista regularmente. La detección precoz de enfermedades es, en muchas ocasiones, clave para vencer a este tipo de enfermedades.
3- Cepillarse los dientes correctamente. El tabaco tiene un efecto directo en los dientes y en las encías, por lo que los fumadores deberían tener el doble de cuidado a la hora de cepillarse adecuadamente los dientes.
Porque con el tabaco no se juega, en CDS queremos concienciar sobre los peligros que conlleva para la salud en general y para nuestra boca en particular. ¡Porque en CDS siempre velamos para que luzcas una boca sana y una sonrisa perfecta!