Los impactos en los dientes de leche son muy comunes en los niños y pueden acarrear consecuencias negativas en la formación y desarrollo de los dientes definitivos.
Los golpes en los dientes de leche son muy comunes en los niños, sobre todo al empezar a caminar, al jugar o al practicar deporte. Cuando se producen dichos impactos, muchas veces los padres les restan importancia, especialmente cuando su hijo o hija no muestra signos de dolor o no se produce rotura. Sin embargo, conviene estar siempre alerta, ya que la raíz del diente de leche se encuentra estrechamente ligado al diente definitivo que se está formando debajo, pudiéndose producir una alteración en su posterior constitución y desarrollo.
Entre las lesiones que se pueden originar a consecuencia de un golpe en los dientes de leche encontramos las siguientes:
- Rotura del diente
- Desplazamiento lateral
- Luxación intrusiva(el diente se desplaza hacia dentro de la encía y suele provocar mucho sangrado)
- Luxación extrusiva(el diente se sale, pero no se cae)
- Contusión(aunque el diente no se mueve, su estructura puede verse afectada)
- Fractura ósea
- Afectación de la pulpa dentaria
En cualquiera de estos casos, es necesario acudir al dentista cuanto antes para evaluar la gravedad de la lesión y el tipo de tratamiento a seguir. Si el traumatismo ha provocado la pérdida del diente de leche a una edad muy temprana, conviene saber que la ausencia de dientes en el sector anterior puede afectar a las funciones orales del niño como son el habla, la masticación o la deglución.
También cabe remarcar que aunque el infante no se queje de dolor, ello no impide que el diente pueda infectarse en los días o meses siguientes, que se produzca una inflamación en la encía o que la coloración del diente sufra cambios (amarillo, marrón, gris o rosa). En todos estos casos, hay que visitar al odontólogo sin más dilación.
En cambio, lo que NO se puede hacer bajo ningún concepto es actuar por nuestra cuenta. Y es que muchos padres cometen la imprudencia de manipular el diente de leche dañado sin ser conscientes de las graves consecuencias que ello puede acarrear. En lugar de tocarlo, lo que sí puede hacer es ayudar al niño a enjuagarse cuidadosamente la boca con agua, limpiar la herida o aplicar hielo en la zona afectada en caso necesario. Asimismo, después de haber acudido al dentista, ha de asegurarse de que el infante se cepilla correctamente los dientes (los golpeados con un cepillo con cerdas suaves) y de que sigue una buena higiene bucodental a diario.
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